No todos percibimos lo mismo: historias de mercados y extranjeros

Juan Alfredo del Río Gallardo (gastronómo) e
Hilda I. Cota Guzmán (socióloga).

Los mercados en la Ciudad de México es un tema que puede ser interpretado desde muy diversos puntos de vista. Al interrogar sobre éstos es muy probable que las respuestas giren alrededor de definiciones sobre uAbastecimienton sitio donde abastecerse de víveres y artículos de uso cotidiano. Sin embargo de todo lo que acontece en este espacio que resulta habitual para el común de los mexicanos y refleja un sinnúmero cuestiones culturales, económicas y sociales, no todos percibimos lo mismo. Entonces ¿a quién preguntar sobre ellos?, porque ¿de quién podría decirse cabalmente que los conoce?
Entrevistamos a extranjeros y conocimos pareceres diferentes e interesantes. Elegimos residentes en nuestra ciudad, que ya les es propia también. Esta reflexión no es un rechazo a la forma de pensar del mexicano. En los tiempos modernos el contacto cultural es condición misma de la vida: el intercambio y la mezcla.
Los entrevistados han vivido en su país de origen por lo menos 20 años, nos han dado su opinión sobre los mercados públicos que han visitado en la Ciudad de México, en la que residen en promedio desde hace 20 años. La mayoría coincidió en pensar los mercados como un lugar de abastecimiento.
Roberto Bonelli, un escenógrafo danés lo conceptualizó en una sola palabra: vida, piensa que el mercado no es sólo una cuestión de comida y que a pesar de que en él se puede encontrar gran variedad de alimentos frescos y preparados, lo que constituye verdaderamente al mercado es la gran variedad de vendedores, compradores y visitantes que como el mismo, forman parte del verdadero color/sentido de estos lugares.

En general el extranjero ve en el mercado una oportunidad; sea la de comprar más barato, encontrar productos más frescos. Yukari Otsoubo japonesa, maestra de su idioma en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respondió:
Es un lugar donde venden, ya sean verduras, mariscos, carnes… la gente puede conseguir lo que busca más fresco y más barato.
Francisco Pedroso es un joven cubano informático que mencionó:
Un mercado mexicano reúne todas las cualidades del país y también sus deficiencias, si un extranjero quiere conocer México, basta que pise uno, ahí podrá encontrar a todo el país reunido en un solo sitio.
Cuando describimos un mercado mexicano, surgen variadas expresiones culturales de nuestra identidad nacional. Muchos extranjeros coincidieron en lo extrañas que les parecen ciertas locuciones escuchadas en el mercado y es que sólo viviendo los mercados uno puede llegar a entender: ser marchante.
Isabella Spagnuolo, psicóloga italiana, dijo:
Las voces en el mercado dan cuenta de la gente que ahí se reúne, no sólo por las expresiones utilizadas, sino por el énfasis que se le dan a ciertas frases para conseguir vender o comprar. Sigue siendo muy difícil para mí resistirme a adquirir algo cuando el vendedor me invita con una frase tan tentadora como pásele güerita…
¿Qué es lo que los extranjeros van a comprar al mercado en la Ciudad de México?
Voy al mercado -dice el maestro francés Ives Dubois- cuando quiero comer bien. Generalmente puedo encontrar buen pan, charcutería y quesos, las legumbres son frescas y mediterráneas. Se pueden conseguir cortes de carne muy específicos y de mejor calidad que en las carnicerías, por supuesto no encuentras todo lo que buscas.
Sofía Dantis, una griega dedicada a la docencia del idioma y al arte coincide:
Sólo en el mercado pude conseguir aceitunas frescas. A veces uno no repara en estos pequeños detalles, pero cuando por fin encontré las frescas, pude regresar a Grecia en un sólo bocado.
Los vendedores son también uno de los motivos por los cuales el extranjero decide comprar ahí. Prácticamente todos concordaron en un aspecto desfavorable que además es de suma importancia: la higiene. Jacqueline Berger, agente de viajes canadiense comenta:
Sé que es normal en este tipo de lugares que exista algo de basura. Los puestos dejan mucho que desear y hay ocasiones en que la carne o los mariscos los tienen expuestos a moscas y demás insectos. Creo que se podría mejorar este aspecto.

Proveniente de Rusia y dedicada a su restaurante, Ninna Prábdka confiesa:

Casi nunca voy al mercado, no me gusta porque está muy sucio. En la cocina rusa se utilizan muchos vegetales y es mejor comprarlos en supermercadosRaquel Esparza, vendedora chilena, comenta con sumo agrado un detalle por demás divertido y original:
Yo me enamoré en un mercado. Tenía muy poco de haber llegado a México y quería conocer muchos lugares. Fui a un mercado a comprar flores pero tropecé y rodé dos escalones abajo. Un joven, que después se convertiría en mi marido, me ayudó e intentó reparar el daño que según él había provocado, pues me convenció que era él mismo quien había dejado la mercancía con la cual yo perdí el equilibro. Nunca supe si fue verdad o sólo un pretexto para invitarme a salir, lo cierto es que después de 10 años de casados recordamos con gran alegría nuestro encuentro mercantil.
Concluimos. Mercado encierra diversos conceptos, no únicamente es un lugar donde se adquieren productos y servicios, sino también se satisfacen necesidades de significados. Es un conjunto no sólo de voces que acuerdan tratos sobre productos, sino uno de elementos que a cada instante “hablan” y venden por su sociedad. El mercado en México es sólo una muestra de la innumerable variedad de mercados en el mundo, que expresan formas de alimentarse y maneras de actuar y convivir.

PARA SABER MÁS.
Si quieres conocer el artículo completo, te invitamos a consultarlo desde el repositorio de la biblioteca de nuestra universidad oprimiendo esta liga.

CÍTANOS.
Juan Alfredo del Río Gallardo, Hilda I. Cota Guzmán, «No todos percibimos lo mismo: historias de mercados y extranjeros», Claustronomía. Revista gastronómica digital, Universidad del Claustro de Sor Juana, México, D.F., 2013, <www.claustronomia.mx>.

 

 

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