Materializando sueños: la beca Turquois

Por Mónica González Montiel.
Gastrónoma.

Todo empezó con un sueño, que se volvió éxito. Aquella primera vez que escuché acerca de la Beca Turquois, fue cuando asistí a mi primera junta en la Universidad, la cual aún se lleva a cabo al inicio de la carrera con la finalidad de brindar información general y de interés para los estudiantes. En ella explicaron la historia, los objetivos y el perfil de los aspirantes de esta beca. También presentaron a los egresados que recientemente habían concluido la beca y regresado de Mónaco, país donde se realizan las prácticas profesionales. Algunos de los ex becarios hablaron sobre sus vivencias en el área de cocina y recuerdo que en aquel momento, escuchando la información y los relatos, mi pensamiento fue uno solo: “Quiero ser parte de ese sueño, quiero que esa beca marque una diferencia…” Creo que deseé con tanta fuerza aquel sueño, que lo que comenzó como una ilusión, pronto tomaría forma.
¿Y cómo fue que se dio esta increíble oportunidad a la que llamamos Beca Turquois? Pues todo surgió gracias a un hombre virtuoso llamado Raymond Turquois, quien vio más allá de lo evidente. Confió en esa calidez que nos caracteriza como mexicanos, depositó su confianza para que ahora seamos dignos de la oportunidad de crecer tanto profesional como personalmente, lo cual en conjunto, es una herramienta para aportar y enriquecer a nuestro país. Así como él tuvo ese amor a nuestra gente, cultura y gastronomía, es momento de corresponderle con el simple hecho de transmitir aquellos conocimientos adquiridos y compartir aquellas experiencias de vida.
Ser gastrónoma me ha permitido engrandecer y amar desde otra perspectiva lo que he cultivado como Gastronomía, y como diría George Bernard Shaw: “No existe amor más sincero que el amor a la comida”, porque no sólo existe ese amor por la comida al gozarla, degustarla, prepararla o llevarla hasta el comensal para que sea testigo de la magnificencia de los alimentos, es también todo aquello que la complementa y hace posible que podamos hablar de ella como parte de nuestro lenguaje e identidad.
El servicio es un elemento de trascendencia e importancia dentro de la Gastronomía que en lo personal me ha traído grandes satisfacciones, me ha permitido crear y transmitir de una manera muy particular arte al comensal, deleitándolo desde la aplicación y dinámica de las diversas técnicas de servicio, así como la relación y contacto que se establezca con él.
Las experiencias moldean y te cambian la vida. Durante mi estancia en Mónaco viví momentos en los cuales reafirmé que no sólo se puede transmitir arte al preparar los alimentos, sino también al servirlos. Serví a personas conocidas a nivel mundial como Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi, descendientes de Carolina Grimaldi Kelly, princesa de Mónaco, al inolvidable Roger Moore y personas que cuentan con un importante poder adquisitivo, como Tina Zegg y Carlo Cerlati, propietarios de distinguidas joyerías. Tal vez en primera instancia se puede pensar que entre ellos y yo no había nada en común, sin embargo es la humildad, la humildad que nos permite aprender de los errores y de los aciertos, y nos encamina hacia el éxito rotundo.mesera
Vivir en el Principado de Mónaco me permitió ser partícipe de costumbres y tradiciones, adentrarme a la vida cotidiana y laboral. Dichos aspectos realizan una importante aportación al servicio a través del capital humano, el cual es un elemento fundamental para el desarrollo. En este sentido, México posee características invaluables gracias a su calidez, vivacidad, desempeño y entrega, sin embargo debemos valorar y poner atención a la calidad que ofrecemos en nuestro servicio, porque refleja lo que somos y hacia dónde queremos llegar. Ese es el reto al que nos enfrentamos día a día.
Es cierto que una aventura de esta magnitud, de embarcarte a otro país completamente distinto al tuyo, impulsa a la construcción y realización de nuevos deseos que se volverán parte de nuestro destino, porque cada uno forja su camino y su felicidad. Para alcanzar lo que parece inalcanzable, es necesario pasión, amor y dedicación constante, manteniendo esa esencia que nos hace ser especiales, esa esencia que nos distingue de los demás.

CÍTANOS.
González Montiel, Mónica, «Materializando sueños: la beca Turquois», Claustronomía. Revista gastronómica digital, Universidad del Claustro de Sor Juana, México, D.F., 2012, <www.claustronomia.mx>.

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